San Cipriano nació en Cartago hacia el año 210, de familia pagana. Se convirtió a la fe, fue ordenado presbítero y, el año 249, fue elegido obispo de su ciudad. En tiempos muy difíciles gobernó sabiamente su Iglesia con sus obras y sus escritos. En la persecución de Valeriano, primero fue desterrado y más tarde sufrió el martirio, el día 14 de septiembre del año 258. (Cf. LDLH _ 16 de septiembre).
San Cipriano nos dejó una prolífica obra, entre ellas esta que traemos hoy: Tratado sobre el Padre Nuestro, donde nos explica con frases muy sencillas el significado teológico y práctico de cada una de las frases de la única y maravillosa oración que Jesucristo nos enseñó.
Es tan hermoso este trabajo que ha sido utilizado por la Iglesia en no pocas ocasiones para catequesis, como parte de otros tratados y algunos fragmentos han sido incluídos en el Oficio de Lectura de la Liturgia de las Horas (LDHL), en este sentido podemos ver, por ejemplo, el aprecio de Benedicto XVI:
Benedicto XVI sobre San Cipriano
Audiencia General, 6 de junio, 2007
"En su tratado sobre la oración del Padre nuestro, anima a rezar usando las palabras con moderación, porque Dios no escucha las palabras sino el corazón. El corazón es lo más íntimo donde Dios habla al hombre y el hombre habla a Dios; es, pues, el lugar privilegiado de la oración."
El leer parte del tratado en la LDLH y la recomendación de Benedicto XVI me motivó a esquematizar un poco su contenido para compartirlo con ustedes en forma de tabla. Es solo un resumen de aquellas cosas que me impactaron mas:
Tratado de San
Cipriano s/ El Padre Nuestro
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Recomendaciones / Reflexiones
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LA ORACIÓN HA DE
SALIR DE UN CORAZÓN HUMILDE
(Caps. 4-6: CSEL 3,
268-270)
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Las palabras del que ora han de
ser mesuradas y llenas de sosiego y respeto. Pensemos que estamos en la presencia
de Dios.
Nuestras peticiones debemos
encomendarlas humildemente a Dios, ya que él escucha no las palabras, sino el
corazón
Debemos pedir con fe
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NUESTRA ORACIÓN ES
PÚBLICA Y COMÚN
(Caps. 8-9: CSEL. 3,
271-272)
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Nuestra oración debe ser pública y comunitaria, y cuando oremos
roguemos por todos
Oremos en unidad de espíritu y
corazón
Decimos en primer lugar: Padre,
porque ya hemos empezado a ser hijos y por esto debemos orar llenos de
gratitud.
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SANTIFICADO SEA TU
NOMBRE
(Caps. 11-12: CSEL 3,
274-275)
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Además de orar tenemos que obrar
como hijos de Dios, a fin de que él se complazca en nosotros
Añadimos: Santificado sea tu
nombre, no en el sentido de que Dios pueda ser santificado por nuestras
oraciones, sino en el sentido de que pedimos a Dios que su nombre sea
santificado en nosotros.
Pedimos y rogamos ser santos
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VENGA A NOSOTROS TU
REINO, HÁGASE TU VOLUNTAD
(Caps. 13-15: CSEL 3,
275-278)
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El reino es la misma persona de
Jesús por eso rogamos que vuelva a nosotros.
Pedimos a continuación: Hágase tu
voluntad así en la tierra como en el cielo, no en el sentido de que Dios haga
lo que quiera, sino de que nosotros seamos capaces de hacer lo que Dios
quiere
La voluntad de Dios es la que
Cristo cumplió y enseñó
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DESPUÉS DEL ALIMENTO,
PEDIMOS EL PERDÓN DE LOS PECADOS
(Caps. 18. 22: CSEL
3, 280-281. 283-284)
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Pedir tanto el alimento material
como espiritual.
Pedimos recibir cada día el pan
espiritual: la eucaristía, y permanecer así unidos al Cuerpo de Cristo.
Debemos pedir perdón para recordar
que somos pecadores y pedir con confianza en que el Señor nos otorgará su perdón.
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QUE LOS QUE SOMOS
HIJOS DE DIOS PERMANEZCAMOS EN LA PAZ DE DIOS
(Caps. 23-24: CSEL 3,
284-285)
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Debemos también nosotros perdonar
a quién nos ofende. Jesús nos pide que vayamos primero a reconciliarnos con
nuestro hermano; y una vez que estemos en paz con él, podremos también
reconciliarnos con Dios en nuestras plegarias
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HAY QUE ORAR NO SÓLO
CON PALABRAS, SINO TAMBIÉN CON HECHOS
(Caps. 28-30: CSEL 3,
287-289)
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Así como Jesús que nos enseñó a
orar no solo con palabras sino con hechos, debemos nosotros también dar testimonio
con nuestra oración.
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Si te animas a leer el material completo de donde seleccioné estos puntos, puedes obtenerlo en el Volumen III de La Liturgia de las Horas (Semana XI _ Oficio de Lectura) o puedes accesarlo a través de este enlace:
http://es.scribd.com/doc/149334746/Tratado-San-Cipriano-Padre-Nuestro
También te invito a leer el Catecismo de la Iglesia Católica, cuarta parte: La oración cristiana, artículos 2 y 3: Padrenuestro; que “trata del sentido y la importancia de la oración en la vida del creyente y realiza unos hermosos comentarios sobre el Padrenuestro y de las siete peticiones de la oración del Señor. En ellas, en efecto, encontramos la suma de los bienes que debemos esperar y que nuestro Padre celestial quiere concedernos.”
Encontrarás Catecismo de la Iglesia Católica en este enlace:
http://www.vicariadepastoral.org.mx/1_catecismo_iglesia_catolica/catecismo_iglesia_catolica.pdf