Mérida, 25 de marzo de 2013
El crucificado recorrió las catorce estaciones por las principales calles del centro de la ciudad. En un día especialmente soleado muchos fieles, especialmente acompañados por grupos juveniles de apostolado, participaron en este tradicional Vía Crucis y desfilaron siguiendo la ruta de las estaciones de la Pasión de Cristo. También acudieron, ataviados con túnicas moradas típicas de estos días, muchos feligreses que estaban comprometidos a pagar promesas hechas con fervor y fe.
Monseñor Baltazar Porras |
El Vía Crucis estuvo presidido por nuestro Arzobispo, Monseñor Baltasar Porras y parte del clero merideño que animó y acompañó todo el recorrido. Algunas estaciones ya tradicionales fueron el Rectorado de la Universidad de Los Andes, La Casa de los Gobernadores, la Iglesia de la Tercera y el Liceo Tulio Febres Cordero. Un momento especial del Vía Crucis, lo aportan grupos de pastoral que realizan la representación viviente de la Pasión de Cristo, y que cada tanto, nos permiten observar escenas de la crucifixión tan reales y sentidas, que llegan a transportarnos a ese momento.
Quizás el rasgo más típico de este Vía Crucis es la Misa que se celebra en la Montaña. Una vez culminado el recorrido de las estaciones, es parte de la tradición que los fieles, merideños y turistas, se dirijan a una de las hermosas montañas que rodean la ciudad. Allí, en lo más alto, se celebra la Eucaristía y los sacerdotes que acompañan al Arzobispo imparten el sacramento de la confesión. Es un momento muy emocionante, que combina la alabanza al Señor y la alabanza a su creación, representada en los hermanos y en la naturaleza.
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