Centro Asociado al Instituto Internacional de Teología a Distancia de Madrid IITD

miércoles, 23 de diciembre de 2015

Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo 2016


Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo 2016



Reciban con todo nuestro cariño,
 el mensaje de salutación Navideña del Presidente 
de nuestro Centro de Estudios: 
Arzobispo Monseñor Baltazar Porras Cardozo

siguiendo este enlace:
https://youtu.be/FcAGTJzG88w

Paz a los hombres de buena voluntad

jueves, 17 de diciembre de 2015

Misas de Aguinaldo: religión y tradición


Algunos textos seleccionado de EL UNIVERSAL http://www.eluniversal.com/
Consideradas una expresión que caracteriza la transculturización y la fusión de dos mundos que se han dado en nuestro país, las Misas de Navidad reúnen a familiares y amigos en las iglesias, que están particularmente adornadas para estas fechas y donde el clérigo dirige la misa acompañada de gaitas y cantos de aguinaldos que aluden a temas cristianos. Cantar aguinaldos en las iglesias es un privilegio concedido por El Vaticano a la Iglesia Católica en Venezuela. Prácticamente en ningún otro país se realizan las tradicionales Misas de Aguinaldos a excepción de Filipinas y las islas Canarias.

La mayoría de los templos las celebran al amanecer, aunque en otros se realizan en la tarde. Son una tradición criolla que data de los tiempos de la colonia y constituyen el prólogo y la preparación para el nacimiento de Jesús.

Incluso en algunas comunidades se acostumbra realizar la última misa de aguinaldos, con la representación de pastores.

En Mérida se celebran desde el día 15 de diciembre Hasta el 23 de diciembre y es tradición también rezar la novena del Divino Niño, que incluye el hermoso estribillo tan típico de los Andes venezolanos:
DULCE JESÚS MIO
MI NIÑO ADORADO,
VEN A NUESTRAS ALMAS
VEN NO TARDES TANTO,
VEN A NUESTRAS ALMAS
VEN NO TARDES TANTO.


Con las Misas de Aguinaldo "se prepara al pueblo para celebrar el cumpleaños del Señor, pero a la vez se le prepara para su segunda venida porque el Señor dijo que vendría como rey, soberano de todas las cosas".

Anímate y participa, invita a familiares y amigos, con su asistencia estarán preparando su corazón para recibir al Señor de señores, en su hogar y en su vida!

sábado, 12 de diciembre de 2015

viernes, 11 de diciembre de 2015

Indulgencias del Jubileo de la Misericordia



Seleccionado de: https://www.aciprensa.com

¿Qué es un Año Santo?

La tradición católica de celebrar un Año Santo (Año Jubilar) comenzó con el Papa Bonifacio VIII en 1300, y desde 1475 cada 25 años se celebra un Jubileo ordinario para permitir que cada generación experimente este momento al menos una vez en la vida.

El Año Santo es tradicionalmente un año de perdón y penitencia por los pecados de cada uno. También es un año de reconciliación entre enemigos y conversión para recibir el Sacramento de la Reconciliación.

Hasta ahora solo se han realizado 26 celebraciones jubilares ordinarias, la última de las cuales fue el Jubileo del año 2000 convocado por San Juan Pablo II.


¿Qué es un Año Jubilar Extraordinario?

Un Jubileo Extraordinario puede ser convocado en una ocasión especial o por un evento que tiene una importancia especial, como es el caso del Año Santo de la Misericordia.

El primer Jubileo extraordinario se convocó en el siglo 16 y los más recientes fueron en 1933, cuando el Papa Pío XI quiso celebrar los 1.900 años de la Redención, y en 1983 cuando San Juan Pablo II proclamó uno para honrar los 1.950 años de la redención tras la muerte y resurrección de Cristo.


¿Qué es una Puerta Santa?

Cada una de las cuatro basílicas papales de Roma tiene una puerta santa, que normalmente se sella desde el interior para que no se pueda abrir. Las puertas santas sólo se abren durante el año del Jubileo para que los peregrinos puedan entrar a través de ellas y ganar la indulgencia plenaria vinculada al Jubileo.

El rito de la apertura de la Puerta Santa pretende ilustrar simbólicamente que a los fieles de la Iglesia se les ofrece un "camino extraordinario" hacia la salvación durante el tiempo del Jubileo. Simboliza el dejar atrás el mundo y entrar en la presencia de Dios, de manera similar a la forma en que los sumos sacerdotes del Antiguo Testamento atravesaban la entrada del santuario interior del Tabernáculo en Yom Kipur -la conmemoración judía del Día de la Expiación, perdón y del arrepentimiento de corazón- para entrar en la presencia de Dios y ofrecer sacrificios.


¿Qué es una indulgencia plenaria?

Un Año Santo trae consigo la posibilidad de que los fieles puedan ganar la indulgencia plenaria. De acuerdo con el párrafo 1471 del Catecismo, una indulgencia es:

"...la remisión ante Dios de la pena temporal por los pecados, ya perdonados, en cuanto a la culpa, que un fiel dispuesto y cumpliendo determinadas condiciones consigue por mediación de la Iglesia, la cual, como administradora de la redención, distribuye y aplica con autoridad el tesoro de las satisfacciones de Cristo y de los santos".

En el caso de una indulgencia plenaria, es una completa remisión de los pecados.


¿Cómo obtener una indulgencia durante un Año Santo?

De acuerdo a la Penitenciaría Apostólica, para ganar indulgencias plenarias (o parciales), es necesario que los fieles estén en estado de gracia y además:

  •  Tengan la disposición interior de un desapego total del pecado, incluso venial;
  •  Confiesen sacramentalmente sus pecados;
  •  Reciban la Sagrada Eucaristía (preferiblemente, pero no necesariamente en el contexto de la Misa)
  •  Oren por las intenciones del Papa


Como Francisco escribió en su carta sobre la indulgencia del Año Santo:


"Dispongo que se pueda ganar la indulgencia en los santuarios donde se abra la Puerta de la Misericordia y en las iglesias que tradicionalmente se identifican como Jubilares. Es importante que este momento esté unido, ante todo, al Sacramento de la Reconciliación y a la celebración de la santa Eucaristía con un reflexión sobre la misericordia. Será necesario acompañar estas celebraciones con la profesión de fe y con la oración por mí y por las intenciones que llevo en el corazón para el bien de la Iglesia y de todo el mundo".










jueves, 10 de diciembre de 2015

Inicia el Jubileo de la Misericordia



PUBLICADO PRIMERO POR: https://www.aciprensa.com/

VATICANO, 08 Dic. 15 / 04:12 am (ACI).- El Papa Francisco ha celebrado a las 9,30, hora local de Roma, la Santa Misa de la Solemnidad de la Inmaculada Concepción y la Apertura de la Puerta Santa de la Basílica Vaticana para el inicio del Jubileo de la Misericordia. El Año Santo se celebrará en todo el mundo desde hoy hasta el próximo 20 de noviembre de 2016, fiesta de Cristo Rey.

En su homilía, el Santo Padre señaló que “la fiesta de la Inmaculada Concepción expresa la grandeza del amor Dios” y aseguró que “si todo quedase relegado al pecado, seríamos los más desesperados entre las criaturas, mientras que la promesa de la victoria del amor de Cristo integra todo en la misericordia del Padre”. “Entrar por la puerta significa descubrir la profundidad de la misericordia del Padre que acoge a todos y sale personalmente al encuentro de cada uno”, dijo sobre el Jubileo.

A continuación, la homilía del Papa:

Hermanos y hermanas,

En breve tendré la alegría de abrir la Puerta Santa de la Misericordia. Cumplimos este gesto –como lo he hecho en Bangui– tan sencillo como fuertemente simbólico, a la luz de la Palabra de Dios que hemos escuchado, y que pone en primer plano el primado de la gracia. En efecto, lo que se repite más veces en estas lecturas evoca aquella expresión que el ángel Gabriel dirigió a una joven muchacha, sorprendida y turbada, indicando el misterio que la envolvería: «Alégrate, llena de gracia» (Lc 1,28).

La Virgen María es llamada en primer lugar a regocijarse por todo lo que el Señor ha hecho en ella. La gracia de Dios la ha envuelto, haciéndola digna de convertirse en la madre de Cristo. Cuando Gabriel entra en su casa, hasta el misterio más profundo, que va más más allá de la capacidad de la razón, se convierte para ella un motivo de alegría, de fe y de abandono a la palabra que se revela. La plenitud de la gracia puede transformar el corazón, y lo hace capaz de realizar un acto tan grande que puede cambiar la historia de la humanidad.

La fiesta de la Inmaculada Concepción expresa la grandeza del amor Dios. Él no es sólo quien perdona el pecado, sino que en María llega a prevenir la culpa original que todo hombre lleva en sí cuando viene a este mundo. Es el amor de Dios el que previene, anticipa y salva. El inicio de la historia del pecado en el Jardín del Edén se resuelve en el proyecto de un amor que salva. Las palabras del Génesis llevan a la experiencia cotidiana que descubrimos en nuestra existencia personal. Siempre existe la tentación de la desobediencia, que se expresa en el deseo de organizar nuestra vida independientemente de la voluntad de Dios. Es esta la enemistad que insidia continuamente la vida de los hombres para oponerlos al diseño de Dios. Y, sin embargo, la historia del pecado solamente se puede comprender a la luz del amor que perdona. Si todo quedase relegado al pecado, seríamos los más desesperados entre las criaturas, mientras que la promesa de la victoria del amor de Cristo integra todo en la misericordia del Padre. La palabra de Dios que hemos escuchado no deja lugar a dudas a este propósito. La Virgen Inmaculada es ante nosotros testigo privilegiada de esta promesa y de su cumplimiento.

Este Año Santo Extraordinario es también un don de gracia. Entrar por la puerta significa descubrir la profundidad de la misericordia del Padre que acoge a todos y sale personalmente al encuentro de cada uno. Será un año para crecer en la convicción de la misericordia. Cuánta ofensa se le hace a Dios y a su gracia cuando se afirma sobre todo que los pecados son castigados por su juicio, en vez de anteponer que son perdonados por su misericordia (cf. san Agustín, De praedestinatione sanctorum 12, 24) Sí, es precisamente así. Debemos anteponer la misericordia al juicio y, en todo caso, el juicio de Dios será siempre a la luz de su misericordia. Atravesar la Puerta Santa, por lo tanto, nos hace sentir partícipes de este misterio de amor. Abandonemos toda forma de miedo y temor, porque no es propio de quien es amado; vivamos, más bien, la alegría del encuentro con la gracia que lo transforma todo.

Hoy cruzando la Puerta Santa queremos también recordar otra puerta que, hace cincuenta años, los Padres del Concilio Vaticano II abrieron hacia el mundo. Esta fecha no puede ser recordada sólo por la riqueza de los documentos producidos, que hasta el día de hoy permiten verificar el gran progreso realizado en la fe. En primer lugar, sin embargo, el Concilio fue un encuentro. Un verdadero encuentro entre la Iglesia y los hombres de nuestro tiempo. Un encuentro marcado por el poder del Espíritu que empujaba a la Iglesia a salir de los escollos que durante muchos años la habían recluido en sí misma, para retomar con entusiasmo el camino misionero. Era un volver a tomar el camino para ir al encuentro de cada hombre allí donde vive: en su ciudad, en su casa, en el trabajo...; dondequiera que haya una persona, allí está llamada la Iglesia a ir para llevar la alegría del Evangelio. Un impulso misionero, por lo tanto, que después de estas décadas seguimos retomando con la misma fuerza y el mismo entusiasmo. El jubileo nos provoca esta apertura y nos obliga a no descuidar el espíritu surgido en el Vaticano II, el del samaritano, como recordó el beato Pablo VI en la Conclusión del concilio. Cruzar hoy la Puerta Santa nos compromete a hacer nuestra la misericordia del Buen Samaritano.

lunes, 7 de diciembre de 2015

Reiniciamos las clases este Martes 08 de Diciembre de 2015



Agradecidos a Dios por el excelente desarrollo de las actividades de elecciones de la Asamblea Nacional y ante el ambiente de paz y armonía, reiniciamos las clases este martes 08 de diciembre de 2015, en los horarios acostumbrados. Los esperamos a todos.

sábado, 5 de diciembre de 2015

U.D.8: Nuevo Testamento, origen y formación

En este enlace:  UNIDAD_DIDACTICA_8, encontrarás la presentación con los contenidos y la evaluación correspondientes a la Unidad Didáctica 8:  NUEVO TESTAMENTO, ORIGEN Y FORMACIÓN de la materia: Biblia y Jesucristo.


viernes, 4 de diciembre de 2015

La síntesis del Adviento en un decálogo

Prepara tu Corona de Adviento
1.- Adviento es una palabra de etimología latina, que significa "venida".
2.- Adviento es el tiempo litúrgico compuesto por las cuatro semanas que preceden a la Navidad como tiempo para la preparación al Nacimiento del Señor.

3.- El adviento tiene como color litúrgico al morado que significa penitencia y conversión, en este caso, transidas de esperanza ante la inminente venida del Señor.

4.- El adviento es un periodo de tiempo privilegiado para los cristianos ya se nos invita a recordar el pasado, vivir el presente y preparar el futuro.

5.- El adviento es memoria del misterio de gracia del nacimiento de Jesucristo. Es memoria de la encarnación. Es memoria de las maravillas que Dios hace en favor de los hombres. Es memoria de la primera venida del Señor. El adviento es historia viva.

6.- El adviento es llamada vivir el presente de nuestra vida cristiana comprometida y a experimentar y testimoniar la presencia de Jesucristo entre nosotros, con nosotros, por nosotros. El adviento nos interpela a vivir siempre vigilantes, caminando por los caminos del Señor en el justicia y en el amor. El adviento es presencia encarnada del cristiano, que cada vez que hace el bien, reactualiza la encarnación y la natividad de Jesucristo.

7.- El adviento prepara y anticipa el futuro. Es una invitación a preparar la segunda y definitiva venida de Jesucristo, ya en la "majestad de su gloria". Vendrá como Señor y como Juez. El adviento nos hace proclamar la fe en su venida gloriosa y nos ayuda a prepararnos a ella. El adviento es vida futura, es Reino, es escatología.

8.- El adviento es tiempo para la revisión de la propia vida a la luz de vida de Jesucristo, a la luz de las promesas bíblicas y mesiánicas. El adviento es tiempo para el examen de conciencia continuado, arrepentido y agradecido.

9.- El adviento es proyección de vida nueva, de conversión permanente, del cielo nuevo y de la tierra nueva, que sólo se logran con el esfuerzo nuestro -mío y de cada uno de las personas- de cada día y de cada afán.

10.- El adviento es el tiempo de María de Nazaret que esperó, que confío en la palabra de Dios, que se dejó acampar por El y en quien floreció y alumbró el Salvador de mundo.
PUBLICADO PRIMERO POR: http://www.iglesia.org/