Este Domingo primero de Diciembre comienza el Tiempo de Adviento y damos comienzo también al nuevo ciclo o año litúrgico 2013-2014. A este año litúrgico le corresponden las lecturas del ciclo A, lo que quiere decir que estaremos revisando durante el año el Evangelio de Mateo, aunque el evangelio de Juan se leerá en los tiempos especiales del año: Adviento, Navidad, Cuaresma y Pascua.
El año litúrgico consta de tres ciclos temporales: Pascua, Navidad y Tiempo Ordinario y de un conjunto de solemnidades y de fiestas del Señor, de la Virgen María y de los Santos.
Ciclo Pascual consta de:
• El Triduo Pascual
• El Tiempo de Pascua
• El Tiempo de Cuaresma
Ciclo de Navidad: abarca desde el tiempo de preparación que se denomina Adviento, la Navidad y la Epifanía.
Tiempo ordinario: está comprendido por aquellas restantes 33 o 34 semanas del año que no están asociadas a los ciclos anteriores, en las que no se celebra algún aspecto peculiar del misterio de Cristo, sino más bien se recuerda el mismo misterio de Cristo. En este tiempo se presenta la vida histórica de Jesús, vista siempre a la luz del misterio pascual.
El Adviento, tal como mencionamos anteriormente, es un tiempo de preparación y espera. Así, el color que representa este tiempo de cuatro (4) semanas antes de la Navidad es el morado.
Adviento (2) significa venida del Señor ; pero en cuanto a manifestación, y no sólo en cuanto llegada o entrada en este mundo. Adviento es la espera del Señor, que se manifestará al pueblo de Israel: la espera histórica de los profetas y del Antiguo Testamento; Adviento es la espera de la última venida o manifestación de Cristo al final de los tiempos.
Durante las cuatro semanas de Adviento se lee casi a diario al profeta Isaías y cada domingo se dedica a un tema particular:
• Domingo I: "El Señor viene"
• Domingo II: el heraldo grita: "Preparad el camino"
• Domingo III: invitación a la alegría "Está en medio de ustedes"
• Domingo IV: anuncio de la encarnación del Señor.
El adviento es una invitación para prepararnos para recibir al Señor en nuestros corazones. Tiempo de alegría, conciliación, perdón y caridad. Fortalece tu espíritu en este tiempo a través de la oración, la Palabra del Señor, la Eucaristía, la Reconciliación y las buenas obras. Así, el día de Navidad, ofrecerás al Señor un hermoso lugar donde descansar: un corazón limpio.
Para finalizar compartimos con ustedes un hermoso salmo que puede servir de inspiración durante este tiempo de Adviento:
Sal 121, 1-2. 3-4a. (4b-5. 6-7). 8-9.
Qué alegría cuando me dijeron:
«Vamos a la casa del Señor.»
Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales, Jerusalén.
Qué alegría cuando me dijeron:
«Vamos a la casa del Señor. »
'Jerusalén está fundada
como ciudad bien compacta.
Allá suben las tribus,
las tribus del Señor.
Qué alegría cuando me dijeron:
«Vamos a la casa del Señor. »
Según la costumbre de Israel,
a celebrar el nombre del Señor.
En ella están los tribunales de justicia
en el palacio de David.
Qué alegría cuando me dijeron:
«Vamos a la casa del Señor.»
«Desead la paz a Jerusalén:
«Vivan seguros los que te aman,
haya paz dentro de tus muros,
seguridad en tus palacios».
Qué alegría cuando me dijeron:
«Vamos a la casa del Señor. »
(1) Conceptos tomados del Libro: Elementos
Generales de la Liturgia del Instituto Internacional de
Teología a Distancia IITD
(2) Conceptos tomados del Libro: El año litúrgico
del Instituto Internacional de Teología a Distancia IITD
No hay comentarios:
Publicar un comentario