Cada uno de nosotros necesita tiempo y espacios de recogimiento, de meditación, de calma... Por eso, quiero hacerles una propuesta: ¿por qué no descubrir algunos libros de la Biblia que normalmente no se conocen o que nunca hemos leído por entero?
Algunos de estos libros pueden leerse por entero en una hora: Tobías, Ester, Rut; otros mas comprometedores y auténticas obras de arte: Job, Eclesiastés, Cantar de los Cantares; todos libros del Antiguo Testamento. ¿Y el Nuevo? Ciertamente el Nuevo Testamento es mas conocido, pero conviene leer un Evangelio todo seguido, y recomiendo también los Hechos de los Apóstoles o una de las Cartas.
Así los momentos de distensión pueden convertirse no sólo en enriquecimiento cultural, sino también en alimento del espíritu, capaz de alimentar el conocimiento de Dios y el diálogo con él, la oración.
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